
Lo que la gente con la autoestima baja no puede romper
por Pablo Lecroisey
«Ejercicio estético que busca el ideal de belleza desde un posicionamiento de autonomía modal»
Hace tiempo que trabajo con el medio fotográfico como herramienta de desarrollo personal.
Una de las motivaciones que me llevaron a querer abandonar el mercado laboral fue el desencanto que he sufrido con muchos aspectos de la actual estructura social, no le encontraba demasiado sentido a muchas de las cosas que socialmente están establecidas y debemos hacer para cumplir nuestros objetivos sociales. No sólo no le encontraba sentido, sino que algunas de ellas incluso me estaban haciendo daño.
El elemento de comunicación fotográfico se convirtió en el entorno donde podía expresarme de una forma más sana y libre. Observe un gran potencial en él como soporte para el desarrollo de la creatividad y sensibilidades estéticas. El arte trabajado en el medio fotográfico se convirtió en una herramienta clave para expresarme, además me permitía ser social.
Intuía el potencial de este tipo de acciones, pero no tenía claro dónde iba. Hoy, entiendo que buscaba ejercicios estéticos y nuevos ideales de belleza que garanticen y estimulen el desarrollo de una sociedad sana donde florezca el bienestar de todos los seres, la máxima igualdad posible, por lo menos de oportunidades entre las personas y se generalice la ilusión. Dejando de lado lastres del pasado. En definitiva, buscaba y busco estrategias para desarrollar la autonomía modal (1).
He podido constatar en mi propia persona los beneficios y la importancia de la creatividad, la estética y el arte en el desarrollo de los individuos y la sociedad. (2)
En mis primeras producciones artísticas intentaba canalizar mis sentimientos y compartirlos con los demás. Para ello utilizaba la fotografía para crear imágenes (3) que fueran documentos donde se reflejaran esos sentimientos, pero me encontré con una barrera entre mi documento fotográfico, mis sentimientos y el receptor (condicionado por su cultura y subjetividad).
Sentía que lo que quería transmitir y lo que el receptor recibía, no tenían correlación, entre ellos se presentaba una barrera material infranqueable.
Siempre trabajo con seres humanos, Las poéticas que me interesan no puedo desarrollarlas con animales u objetos y mucho menos con elementos abstractos. Esto ha resultado ser un elemento clave.
Me di cuenta que la barrera material que separaba la obra del receptor, desaparecía en el momento en el que estaba con esas personas que iba a retratar y con las que iba a trabajar pues eran ellos los primeros receptores y espectadores.
Al principio pensaba que la fuerza estaba en la inclusión del propio espectador dentro de la obra de arte. Con el tiempo y conforme fui ampliando mis conocimientos, he entendido que la importancia radica en el proceso, en la forma en la que nos relacionamos y la actitud que adoptamos (4).
Así que prepare una obra basada en la forma en la que nos articulamos socialmente. Como resultado de esa experiencia obtuve una imagen que complementó otros niveles de significación socialmente más aceptados como obra de arte. Paralelamente grabé un vídeo donde se analiza esa relación mantenida y el tiempo compartido entre los diferentes integrantes.
El objetivo era crear una experiencia estética realizada en conjunto entre varios individuos. La mejor opción sería realizar una puesta en escena, crear una realidad.
Me pareció oportuno que mi subjetividad determinaría la génesis que daría forma a la experiencia y la imagen final.
Hacía tiempo que no dejaba de ver y experimentar los efectos de lo que comúnmente denominamos crisis en las personas y la sociedad. Poco a poco, me iba siendo más difícil poder mantener el nivel de vida con el que me había criado, a las personas de mi entorno les sucedía igual y en muchos casos incluso peor, irremediablemente la sociedad estaba cambiando.
Considero que si hemos entrado en esta tónica de cambio es porque hay individuos que no se conforman, necesitan más y más para completarse, provocando desequilibrios en el sistema. Son individuos imposibles de satisfacer que consumen sin parar y sin sentido. Son individuos con la autoestima baja.
A esto se le sumó una crisis que sufrí por una relación que mantuve en ese momento. Lamentablemente esta persona sufría de neurosis, posiblemente bipolaridad, aunque no es fácil poner nombre y apellidos a este tipo de dolencias. Cuando le daban crisis me atacaba fuertemente, intentando descalificar mis acciones y menospreciando mi persona. Aunque era consciente de ello, en ocasiones cuando flaqueaban mis fuerzas veía como la parte de personalidad que más se resentía era la autoestima.
Estos factores externos me condicionaban, pero pude darme cuenta que disponía de herramientas aprendidas, actitudes, que me protegían de estos factores y parte de sus efectos, evitando que pudieran llegar a colapsar mi sistema perdiendo así mi integridad como individuo. Me di cuenta, también, que la sociedad que me rodea contaba ya con muchas vías de escape y resortes que garantizaban mi dignidad.
Esta reflexión es la conclusión sacada del intento de análisis de un sentimiento. El sentimiento que me producían estas situaciones. Este es el sentimiento del que partí para plantear la puesta en escena a retratar.
No quería hacerlo totalmente personal, así que busqué situaciones cotidianas donde la sociedad en su conjunto disponía de vías de escape. Enseguida me vino a la cabeza una escena de parque.
Lugar donde nos reunimos colectivamente para disfrutar de nuestro tiempo de ocio y el contacto con la naturaleza. Me venían a la memoria los cartones que pintó Goya de escenas costumbristas a la orilla del río Manzanares.
Da igual el miedo que te infundan en el trabajo o la televisión, las horas excesivas y salarios que apenas dan para subsistir, en la sociedad en la que me he desarrollado disponemos de lugares públicos donde nos podemos reunir con otros individuos y ser libres, aunque sea por periodos limitados de tiempo. El parque es uno de ellos y me permitía trabajar muy bien: era el escenario perfecto.
Ya tenía mi subjetividad como energía activa o fuerza que produce un acto y el escenario donde desarrollarlo, (5) sólo faltaba la escena.
Quería una escena simbólica, que reflejara el orgullo de ser, un ser reforzado por la sociedad que le rodea y le protege.
Necesitaba elementos representativos de la dignidad de algunos personajes o ideales, algo a lo que estemos acostumbrados y nos evoque solidez y atemporalidad.
Me venían a la cabeza las esculturas, así que me propuse escenificar entre los diferentes participantes una forma escultórica. Pensé por un lado en los Castellets catalanes y las esculturas contemporáneas que constan de diferentes hilos generalmente de metal unidos entre sí, configurando en su conjunto una forma de sistema o red. Como las telas de araña o las imágenes de conexiones neuronales, que evocan inmediatamente la unión de diferentes cuerpo o sistemas.
1. Autonomía Modal: Intenta conectar la producción artística a la producción y distribución de modos de relación, formas autónomas de producción de mundos relacionales, de modos de organización de la subjetividad, la percepción y el comportamiento. Los modos de relación en base a cuatro características fundamentales: Tener un carácter situado, trabajar en y desde la policontextualidad, ser generativos y relacionales. Jordi Claramonte. La República de los Fines, Cendeac, Murcia 2009.
2. Percepción estética. La percepción se produce a través de los sentidos, por eso hay una correlación directa entre la estética y el sentimiento, que es la herramienta de la que disponemos como seres autónomos para percibir la realidad o nuestro entorno más inmediato.
George Lukàcs: Cuanto más orgánica es la consumación estética inmanente de una obra de arte, tanto más capaz es ésta de cumplir la misión social que le ha dado vida. Ibídem.
3. Las imágenes establecen un vínculo muy interesante con el desarrollo de la creatividad, ya que se trabajan de una forma sencilla proyecciones de la imaginación. Antes de crear algo tiene que ser imaginado.
4. Procomún: fundamentalmente modos de relación, posibilidades de estructuración de las experiencias esencialmente comunes. Ibídem.
5. Un modo de relación consiste en un orden formal actualizado y determinado por unas competencias y puesto en un determinado paisaje. Carácter relacional: Georg Lukàcs.
La estética en «Lo que la gente con la autoestima baja no puede romper»
Como he esbozado anteriormente, la estética en esta obra reside principalmente en los modos de relación y cómo los hemos desplegado para llevarla a cabo.
Esta frase extraída del libro la “República de los fines” lo sintetiza muy bien.
[…] La vocación de la estética ha sido esbozar mundos posibles, plantear mundos de relación, basados en configuraciones formales obviamente, pero susceptibles de ser llevadas a otros ámbitos y en ellos replicados […].
Esta imagen es una proyección de mi imaginación materializada a través de la acción realizada entre varios individuos.
Un mundo posible que ha existido gracias a la forma en la que nos hemos relacionado de forma independiente y libre.
Una vez que consideramos el proceso como parte esencial de la experiencia estética y de la obra de arte, será importante definir los puntos claves que tiene que tener ese proceso, para ser estético, bello y atender a la autonomía modal.
Una vez definidos, esto se puede llevar a otros campos pues la forma en la que nos relacionamos para llevar a cabo una acción conjunta, una política. (1)
Es importante resaltar que esta acción tiene un carácter situado (2) y no tiene un fin en sí mismo (3), no se pretendía obtener nada cuantitativo, fue una experiencia que nació y murió en unas horas. Jamás pretendió mantenerla con vida como proceso activo, aunque sí me preocupé de documentar y obtener una muestra de esa energía activa que nos movió a través de la fotografía, que además sirvió de reclamo y fue una acción objetiva.
Una vez que tenía la idea y sabía dónde la ejecutaría me mantuve alerta en busca de las personas que la pudieran integrar. Algunos de los participantes les conocía, otros me los iba encontrando en diferentes ámbitos, también hice convocatoria en redes sociales o me acercaba a lugares de encuentro como Media Lab y solicitaba ayuda para sacar adelante el proyecto. Les contaba la idea y lo que les ofrecía era poder participar en una obra de arte disfrutando de una tarde diferente y pasar un buen rato haciendo algo que se alejaba de sus rutinas. El capitalismo no ha sido el motor creador, no les ofrecí dinero, ni les di perspectiva de poder conseguirlo en un futuro. (4)
El día, el sitio y la hora propuesta la comunique por internet y teléfono, pero no sabía con seguridad quién vendría finalmente (En ese azar empiezo a intuir cierta abstracción) .
Como era un ejercicio de cierta complejidad, contacté con personas que tenían conocimientos de fotografía y que pudieran colaborar en aspectos técnicos, también contacté con una escuela de acrobacia en la que trabaja un amigo para que me ayudaran con las posturas y pudieran enseñar al resto de participantes. Hablé con un grupo de bailarines callejeros que me encontré en un parque ya que interesaba que hubiera personas con fuerza física y habilidad con el equilibrio y el cuerpo, serían los soportes de la estructura.
No tenía claro que figura quería hacer, ya saldría sobre la marcha entre todos los que quisieran participar, nuestra propia naturaleza (5), si la dejábamos desarrollarse ordenaría todo. No salió todo exactamente como imaginaba, pero no me interesaba tener que acotarlo todo en busca de un ideal sin dejar espacio a la improvisación, eso dañaría la estética.
Finalmente, la obra salió adelante satisfactoriamente con la colaboración de todos.
Es cierto que involucré a estas personas para servirme, pero lo hicieron libremente (6) y en mí existe la firme convicción de que hago lo correcto (7). Pude observar que se establecieron vínculos y relaciones paralelas a partir de este encuentro, relaciones que sí continuaron y afectaron a los diferentes participantes, transformándolos, en lo que podría entender como un proceso policontextual (8).
Impactó mucho y generó una actitud positiva en conjunto.
1. Karl Philipp Moritz: El ser u objeto bello mantendrá las características de lo noble, la absoluta compleción en sí. Lo bello no necesita justificarse como fragmento de un conjunto que forma una unidad completa en sí.
Immanuel Kant, Crítica del Juicio […] Lo agradable, lo bello y lo bueno indican tres relaciones diferentes de las representaciones con el sentimiento de placer y dolor…
Agradable llamase a lo que deleita, bello a lo que sólo place, bueno a lo que es apreciado… cuyo valor objetivo es asentado. Puede decirse que de entre todos estos tres modos de la satisfacción, la del gusto en lo bello es la única satisfacción desinteresada y libre, pues no hay interés alguno, ni el de los sentidos ni el de la razón, que arranque el aplauso.
… ahí precisamente se hallará el nudo del problema de la autonomía como principio organizador de las prácticas artísticas y políticas: la medida del énfasis en la capacidad de cada cuerpo, aunque no de todos como veremos, para estar organizado y organizarse, constituyéndose así en modelo, a un tiempo, del arte y de la acción política. Jordi Claramonte. La República de los Fines, Cendeac, Murcia 2009, p. 46.
2. Dewey, John. EL arte como experiencia. Paidos: Barcelona 2007.
3. Kant, Immanuel. Crítica de juicio.
4. La teoría de la abolición de la obra de arte y la disolución de lo artístico en lo social, ya sea este nivel de lo social asimilado con la filosofía, lo cotidiano o lo político, ha tenido una larga y problemática trayectoria en los últimos dos siglos. Los problemas se suceden en la medida en que se ha ido cayendo en ambigüedades y contradicciones repetidamente a la hora de definir cuáles eran las claves de la disolución- abolición de lo artístico y, sobre todo, que elementos de la experiencia estética debían ser no solo salvados de esa disolución, sino ampliados y generalizados, incluso como parte de ese mismo programa de disolución.
[…] se ha caído en la torpeza de poner el arte al servicio de la revolución, sea cual fuera esta.
Efectivamente, desde las posiciones mismas de las vanguardias se ha creído que, para cumnplir con el programa de expansión del arte, había que des-artistizarlo, disolviendo por completo su especificidad en el proceso revolucionario. Una vez marcado este camino, toda una pléyade de movimientos e iniciativas pretenderán mostrarse a cual más radical y confundirán las prácticas artísticas con las diversas formas de la vida cotidiana, activismo político o movilización de masas, contribuyendo así, paradójicamente, a la estetización del espectáculo y al fortalecimiento del capitalismo cultural; un capitalismo que precisa, para su funcionamiento, de una óptima integración de los dispositivos de producción de imágenes y cultura visual en el sistema productivo y de circulación del capital global.Pero para remitirnos a uno de los primeros y más claros ejemplos de esta disolución social, acometida desde la confusión entre la autonomía como principio generativo y uno cualquiera de sus enunciados particulares, podemos considerar la prolífica obra de Pierre Joseph Proudhon. Proudhon mantendrá buena parte de los ideales románticos sobre el arte considerado como expresión de la colectividad. […] la colectividad no es el Volk radical de los alemanes, sino que debería parecerse más a una comunidad de individuos libres capaces de ejercer plenamente sus facultades creativas. Jordi Claramonte. La República de los Fines, Cendeac, Murcia 2009, p. 151.
5. Natura Naturans: principio dinamizador por el que se postula que la las criaturas naturales son capaces de crecer y desarrollarse según patrones internos específicos. La transición de esos patrones del desarrollo natural al social asentará la creencia en la posibilidad de una progresiva diferenciación de las facultades, proceso mediante el cual la ciencia, la estética e incluso la erótica se desligaron de las justificaciones teológicas. Ibídem.
6. En el mundo estético todo ser natural es un ciudadano libre con los mismos derechos que el más noble y no puede ser coaccionado ni siquiera en favor de la totalidad, sino que él ha de consentir decididamente en todo […] Incluso el chaquetón que cubre mi cuerpo exige respeto por su libertad y me requiere, igual que un recatado sirviente que no haga notar que me está sirviendo. A cambio me promete él también recíprocamente utilizar su libertad tan modestamente que la mía no sufra con ello. Schiller, Friedrich. Cartas sobre la educación estética del hombre. Barcelona: Anthropos, 1990, séptima carta, p. 161.
7. Solo aquel que tiene en sí el fin de su existencia, el hombre, que puede determinarse a sí mismo sus fines por medio de la Razón, o cuando tiene que tomarlos de la percepción exterior, puede sin embargo ajustarlos a fines esenciales y universales y juzgar después estéticamente también la concordancia con ellos, ese hombre es el único capaz de un ideal de belleza. Kant, Immanuel. Crítica de juicio.
8. Mukarovsky, Jan. Escritos de estética y semiótica del arte. Barcelona: Gustavo Gili, 1977.
¿Por qué es bella?
Ya he expuesto someramente porque entiendo que es una experiencia estética. Ahora le toca el turno a la belleza, puesto que si busco la belleza en mis acciones.
Considero que la belleza aparece más claramente en cómo he producido la obra ya que lo hago de una forma muy concreta, aplico un patrón.
He de señalar que para que considere que estoy haciendo una obra de arte bella, en las acciones realizadas, a la hora de acercarme a las personas que me van a ayudar y en el momento en el que la estamos llevando a cabo, tiene que haber una ética (1) muy concreta.
Primeramente, mis sentimientos tienen que ser desinteresados y con una actitud (2) de comprensión y generosidad hacia las personas que me dirijo. No puedo mentirles, manipularlos utilizando sus sentimientos o debilidades para conseguir mis objetivos.
Siempre intento que los sentimientos que se generen cuando estoy con ellos y, muy especialmente cuando estamos desarrollando la acción sean de alegría, satisfacción, interés, motivación, curiosidad, ilusión, afecto, amistad, pertenencia al grupo, que no haya exclusión, etc. No puede haber una imposición, subida de tono o agresión por mi parte o por parte del resto de personas.
Busco el trabajo en equipo entre los integrantes, la buena predisposición a colaborar con los demás. Siempre integro a personas que se conocen con otras que no se conocen de nada y busco la armonía entre todos los integrantes para llevar a cabo la acción.
No me importa su edad, sexo, condición sexual, estatus social, raza o religión, para mi todos están al mismo nivel y a todos les exijo respeto hacia los demás.
Cuando contacto con ellos les cuento mi idea y cómo la pretendo llevar a cabo, pero cuando llega el momento de llevarla a cabo, aunque les ayude con directrices y el resto de compañeros también lo hagan, siempre les dejo libertad de acción, que compartan lo que ellos consideran oportuno o lo que les salga en el momento, sin presión.
La vida es un juego divertido y así hay que vivirla, aunque sea en pequeñas fracciones de tiempo, como en estas experiencias estéticas.
Bajo mi punto de vista son satisfactorios los resultados que se obtienen y supongo que será su propia naturaleza, ayudada por unas directrices la que les lleva a entrar en armonía. (3)
A las personas que me han ayudado con esta obra no les he contado previamente esta metodología, es la estructura con la que trabajo, mi forma de crear que me sale de forma instintiva y natural. (4)
Es una finalidad sin fin que no tiene una aparente utilidad, pero eso no es del todo cierto. Es la forma en la que, cómo autor le muestro mi amor al mundo, algo que me hace estar bien y le da sentido a mi vida, aunque intente vender las fotos resultantes, mi motivación no radica en tener algo que vender puesto que lo hago y lo seguiré haciendo sin esperar una recompensa material.
1. Veremos con Nietzsche que no puede haber ninguna ética sin estética puesto que la estética es el ámbito de producción y gestión de los modos de relación que toda ética viva necesita para desplegarse y que las éticas que se pretendan imponer, metafísica o políticamente, sin resquicio para los juegos modales de la estética serán, con toda seguridad, residuos de ordenamientos fundamentalistas y teocráticos. Jordi Claramonte. La República de los Fines, Cendeac, Murcia 2009, p. 139.
2. Michael Foucault, intenta elaborar conceptos que le permitan articular esa particular convivencia entre ética y estética aludiendo, entre otros, al término actitud en cuanto <Un modo de relación con y frente a la actualidad; una escogencia voluntaria que algunos hacen; en suma, una manera de pensar y de sentir, una manera, también, de actuar y de conducirse que marca una relación de pertenencia y, simultáneamente, se presenta a sí misma como una tarea. Un poco, sin duda, como aquello que los antiguos griegos denominaban ethos>
Foucault, Michel. ¿Que es la Ilustración? traducción del texto escrito en 1984 y que permaneció inédito en la versión original hasta abril de 1993, cuando fue publicado por la revista Magazine Littéraire en su número 309. Ibídem, p. 138.
3. … El modelo que Moritz tomará a la hora de definir la autonomía será, de nuevo, la naturaleza: la totalidad, completa en sí misma, que es toda verdadera obra de arte no es sino un pequeño reflejo de esa otra gran totalidad: la Naturaleza. Ésta utiliza al artista para, mediante el, crear del mismo modo como ella crea.
Así, el artista no realiza una imitación mecánica de motivos o situaciones, sino que debe ser capaz de insertarse en lo que Moritz llama la Tatkraft -fuerza activa- que es la que en la naturaleza sostiene lo que hoy llamamos las propiedades emergentes de sus criaturas. La fuerza activa contiene en sí todas las relaciones que constituyen el gran conjunto de la Naturaleza. Esta fuerza activa que alcanza a todas las cosas y que a aquella que abraza la quiere formar, en modo de la naturaleza, como una unidad absoluta, suficiente en sí misma.
Los criterios de Moritz tienen la importancia de estar situados en un punto nodal a partir del cual se confirma una categoría de la belleza que no depende de postulados morales o teológicos sino que procede directamente de la autodeterminación de los seres, de su no-enajenación, y de su vida propia como fuente fundamental de su belleza:
[…] la naturaleza ha implantado la belleza suprema sólo en la fuerza activa y hacer así la belleza suprema, a través de ésta, asequible a la imaginación, audible al oído y visible al ojo […] La fuerza activa contrasta fuertemente con la realidad de las cosas, cuya esencia efectiva es constituida en función de su singularidad, hasta que consigue apropiarse de su íntima esencia, y crea un mundo propio en el cual ya no hay nada particular, sino que cada cosa es su género es una unidad subsistente en sí misma.
Así por un lado con la noción de fuerza activa presente en todas las cosas y que da una visión de su existencia plena y genuina, y por otro lado identificando esa misma fuerza activa como aquella que debe imitar y reproducir la obra de arte, el trabajo de Moritz dibuja la doble condición, autónoma y relacional de la obra de arte: el arte es una potencia-en-sí en la medida en que no pierde de vista la potencia-en-sí de todas las criaturas. En función de cómo caracterizamos esta relacionalidad de la autonomía podremos ver cómo el pensamiento de Moritz nos sitúa en la encrucijada entre la posibilidad de concebir la autonomía del arte como reflejo en toda su plenitud de la dignidad social, relacional y ontológica de los hombres y las criaturas y la posibilidad de su persistencia como mero residuo, que puede pasar rápidamente de souvenir a simulacro, en la obra de arte autónoma que ha perdido su potencia conectiva. Ibídem, pp. 46-47.
4. En un producto del arte bello hay que tomar conciencia de que es arte y no naturaleza: sin embargo, la finalidad en la forma del mismo debe parecer tan libre de toda violencia de reglas caprichosas como si fuera un producto de la mera naturaleza […] Como naturaleza aparece un producto del arte con tal de que se haya alcanzado toda precisión en la aplicación de las reglas, según las cuales solo el producto puede llegar a ser lo que debe ser, pero sin esfuerzo, sin que se transparente la forma de la escuela.
Referencias bibliográficas
La república de los fines
Autor Jordi Claramonte
La estética como ideología
Terry Eagleton
La disolución del clasicismo y la construcción de lo moderno
Simon Marchán Fiz
Bacon
Luigi Fucacci (Taschen)
Ensayo de Karl Philipp Moritz sobre la imitación formante de lo bello:
Conclusiones de Moritz en el artículo de Jaime Aspiunza, encontrado en internet. La naturaleza en «Über die bildende Nachahmung des Schönen», de Karl Philipp Moritz.
Wikipedia